martes, 12 de abril de 2011

Mademoiselle Chambon

T.O.: Mademoiselle Chambon. 2009.TS Productions.  Director: Stéphane Brizé. Guión: Stéphane Brizé y Florence Vignon. Intérpretes: Jean (Vincent Lindon),  Mademoiselle Chambon (Sandrine Kimberlain). 

Jean (Vincent Lindon) es un albañil, rudo y algo ignorante; que vive con su mujer y su hijo una especie de rutina aburrida. Mademoiselle Chambon (Sandrine Kimberlain) es la profesora de su hijo. Al ir a recogerle al colegio, ésta le propone que acuda un día a clase a contar cosas sobre su trabajo, aunque sea en la construcción y parezca no tener interés para los niños. A partir de la exposición que hace Jean,  en la clase de su hijo, la profesora se interesará por él, primero profesionalmente, y luego sentimentalmente. Lo mismo le sucederá a Jean.

Es una historia sobre un engaño, sobre la infidelidad. Jean está atrapado en una vida que se está haciendo aburrida y que no despierta en él ningún tipo de pasión o interés. La cultura es algo que le queda muy lejos. Pero, cuando conoce a la profesora de su hijo, una violinista retirada, empezaran a florecer en Jean la sensibilidad y el gusto por algo que ya parecía muerto dentro de él. Por su parte, Mademoiselle Chambon, es una profesora que va cambiando de colegio, más o menos cada trimestre. No le gusta quedarse en un sitio ni hacer vida con nadie. Sin embargo, el maduro albañil hará que se plantee las cosas en cuanto al amor y a echar raíces en un lugar. La historia es sencillita, no tiene mucho misterio. Pero es la manera tan a la francesa como está realizada lo que hace de la película un producto a destacar. En toda la película los personajes cruzan unas pocas palabras y la mayoría de las conversaciones y situaciones son de lo más cotidianas. Son las miradas y los gestos de los actores los que transmiten todo en este film, ayudados por un tratamiento de la imagen (cercano al documental) que hace de la realidad un lugar de lo más bello. Y utilizo la palabra “bello”, porque es la belleza de las cosas singulares lo que nos intenta transmitir la película, ya que la imagen deja a un lado el tratamiento de los personajes; de hacerlos bellos, a ellos también, se encargan los dos actores protagonistas a la perfección. Los actores franceses son expertos en dibujar para el cine unos personajes de lo más callados y expresivos a la vez. En la película predominan los silencios,
dejando que la imagen se alimente del piar de pájaros que entra por una ventana cercana; el sonido, eso sí, dulce, del tráfico parisino; el viento agitando una campiña entera, etc. La banda sonora son todos estos elementos y dos piezas que suenan, tocadas por Mademoiselle Chambon (dos composiciones de Edward Elgar preciosas).  Cómo he dicho, es ese silencio lo que permite que  nos demos cuenta del trabajo titánico que hay en las miradas de los dos personajes principales y que transmiten casi todo lo que necesitamos saber en hora y media para darnos cuenta de lo que les ha movido a dejarse llevar por sus sentimientos y dejar de lado, o no, lo que les rodea.
La película es muy buena, pero, la verdad, es que desde hace mucho tiempo que el cine galo y el ambiente que lo impregna, se ha convertido en una referencia para realizar un cine sencillo pero lleno de calidad. Repito, no es la fuerza de las imágenes o de los personajes lo más atractivo de la peli; sino que nos hace ver que la realidad, con sus múltiples “pegas”, es tremendamente bella. La mayoría del cine se centra en mostrarnos la crudeza de lo más real (algo que a mí me encanta). Está bien que, de vez en cuando, alguien nos advierta que todo lo que nos rodea es precioso y que el arte del cine se puede permitir contar una historia tan dura como es la infidelidad con esta visión. (6’8/10)

2 comentarios:

  1. Sin duda! esta historia es preciosa!!. Me encantó! , es muy cotidiano y me llama bastante la atención la actitud de los personajes y la sensibilidad que transmiten y .. sobre todo casi al final... que casi me da algo al ver esa escena!, preciosa eh?.

    Hey , sabrías decirme cuáles son esas dos piezas de violin que toca?

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Hola Anónimo!
    La escena final es de las más bellas que se han visto en el cine en mucho tiempo. No puedo desvelar nada, pero estoy contigo. Es un momentazo.
    Las piezas son "Valse Triste" (hay numerosos músicos que la han tocado, es un vals) y "Salut d´Amour" de Edward Elgar. Dos piezas preciosas, como la película e infravaloradas, como dice Mademoiselle Chambon en el momento de tocar una de ellas.
    Muchas gracias por participar.
    Un cordial saludo.
    Borolo.

    ResponderEliminar