Durante el rodaje de su primera película, Fire over England (William K. Howard, 1937), donde tenía un papel secundario, se enamoró del mítico actor Laurence Olivier. Su nuevo amor tenía que viajar a Hollywood para protagonizar Cumbres borrascosas (William Wyler, 1939), así que decidió seguirle hasta allí y presentarse para el papel de Scarlett O´Hara en Lo que el viento se llevó (Victor Fleming, 1939). Se hizo con el papel y ganó su primer Óscar con veintiséis años. Además de pasar para siempre a la historia más importante del cine con una de las obras más reconocidas.
Ingrid Bergman (1915- 1982)
En Suecia ya estaba considerada como una actriz importante, pero el éxito y la fama le llegó con su papel protagonista en Casablanca (Michael Curtiz, 1942). Se marchó a Italia para rodar con Rossellini la película Stromboli y de ahí surgió el amor y uno de los romances más sonados de la época y nacieron dos gemelas (una de ellas la actriz Isabella Rossellini). Fue repudiada por los sectores más conservadores de Hollywood, pero regresó y volvió a triunfar en América con un Óscar a la mejor actriz por Anastasia (Anatole Litvak, 1956).
Maureen O´Hara (1920)
Irlandesa de ascendencia, se convirtió, sin duda, en una de las grandes estrellas del Hollywood de los años cuarenta y destacan sus trabajos con el genial director John Ford, que nos permitió disfrutar de los mejores papeles de la actriz en el cine con películas como: ¡Qué verde era mi valle! (1941) o la magnífica El hombre tranquilo (1952). Quizá ésta última sea una de sus mejores interpretaciones, dando la replica al mismísimo John Wayne.
Joan Fontaine (1917)
Se cambió el apellido para que no se la confundiese con su hermana Olivia de Havilland. Las dos mantuvieron un intenso duelo a la hora de conseguir papeles, que se quitaban la una a la otra. Las dos protagonizaron el único caso en que dos hermanas han estado nominadas el mismo año a los premios Óscar. Trabajo con Hitchcock y fue con él con quién alcanzó la fama en la inolvidable Rebeca (1940); aunque la estatuilla la consiguió con otra del director inglés: Sospecha (1941).
Marilyn Monroe (1926- 1962)
Sin duda, la actriz más famosa de todos los tiempos, no precisamente por ser una de las más talentosas, pero este título le pertenece claramente. Se convirtió en un mito, en un símbolo de América y de estrella. Sin duda el arquetipo de sex-symbol, que se codeó con todo tipo de personajes de las más altas esferas (incluído el presidente), muchas veces para hacerse con apetitosos papeles. No ha dejado un legado artístico destacable pero si apareció en películas míticas como Con faldas y a lo loco (Billy Wilder, 1959) o La tentación vive arriba (Billy Wilder, 1955).
Elizabeth Taylor (1932- 2011)
Está considerada como la última estrella del Hollywood clásico. Su vida privada siempre fué un escándalo, pero sus papeles en la pantalla fueron auténticos mitos del cine. Ya era una estrella con 12 años, aunque alcanzó reconocimiento mundial con la fallida Cleopatra (Joseph L. Mankiewitz, 1963). Sus papeles se caracterizaban por ser mujeres maduras y sensuales, que se mostraban agresivas o dominantes en películas como: ¿Quién teme a Virginia Woolf? (Mike Nichols, 1966) o La mujer maldita (Joseph Losey, 1968). Gigante (George Stevens, 1956) es otra de sus míticas películas.
Muy bien elegidas, como bien dices te dejas algunas...
ResponderEliminarQue dificil sería elegir tanta mujer talentosa en el cine moderno.¿los actores ya no son lo que eran, o esque ahora son muchos? o ¿son los papeles los que no son tan espectaculares cómo antes?
¡Con lo que costó elegir a la leyenda viva del cine!
Qué nostalgia...