lunes, 21 de noviembre de 2011

De mayor quiero ser soldado

T.O.: I Want to Be a Soldier. 2010.Canónigo Films,Produzione Straordinaria. Director: Christian Molina. Guión: Cuca Canals, Christian Molina. Reparto: Álex (Fergus Riordan), Madre (Jo Kelly), Max (Joan Hostench Martinez), Psiquiatra (Robert Englund).

La película nos cuenta cómo un chico de diez años, Álex, es corrompido por las imágenes de violencia, que ve en la televisión que sus padres le ponen en su cuarto. La imágenes provienen de telediarios, documentales, películas, etc. e incitan al pequeño a desear dedicarse al oficio de matar cuando sea mayor y no de ser soldado como pretende el título.
La película quiere ser una reflexión sobre un tema tan importante com es la influencia de la televisión en las mentes menos maduras. Pero lo que plantea no es lo suficientemente profundo o está minimamente profundizado como para poder considerarla como una propuesta totalmente válida. Y es que, la película se queda en lo más básico y nos propone unas situaciones del todo inverosímiles e imposibles. Para empezar, la culpa no es de la televisión sino de los padres de Álex, que no conocen a su hijo ni parecen querer conocerle lo más mínimo, hasta el punto que para reflejarte dicho alejamiento te sitúan a cada uno viviendo en una punta de la casa y en aislamiento total. Sólo se ven para cenar o por las mañanas al despertar. Han querido irse al extremo de las situaciones que generan este tipo de deformaciones en los niños y creo yo que la influencia de la violencia que se observa en la televisión por los niños se da en todos los casos, no en aquellas familias donde todo son auténticas apariencias y donde los miembros que la componen no saben ni lo que hacen (los niños en este caso parecen los padres).
Por no habalar del hecho de que el niño hable con un amigo imaginario constantemente y delante de cualquiera y nadie sea capaz de hacer nada; o que ponga a todo volumen la televisión en su cuarto y sus padres no le oigan; o, teniendo diez años, se encierre en su habitación todos los días sin que nadie le llame la atención. Eso es demasiado difícil de creer a nivel general. ¿Qué hay casos donde esto sí sucede? Seguro que sí, pero no se puede pretender tratar un tema tan important para todos, tomando como referencia un extremo tan irreal. Por lo demás, la película se deja ver, es ligera y al fin y al cabo, aunque sólo sea en la superficie, el asunto tan grave que supone el que los niños tengan tanto acceso a la televisión es algo que nos debería inquietar a todos, y este film hace recapacitar sobre el tema. (4/10)

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