Es extraño que un film de esta características, que suele atraer al público, haya llegado con dos años de retraso a nuestras pantallas. Por ello ha habido un frío recibimiento por parte del público, no porque el film no sea bueno.
La película nos cuenta tres historias diferentes sobre tres policías del cuerpo de agentes de la ciudad de Nueva York. Dugan es un agente a siete días de retirarse, atormentado por su trabajo y por lo que hizo o dejó de hacer; ansioso por empezar una nueva vida lejos de todo aquello. Tango es un infiltrado de la policía en las mafias de los negros, en los bajos fondos neoyorquinos. Las amistades con sus "hermanos" le llevaran a plantearse un serio dilema entre ascender delatándoles y matándoles o dejar que sigan adelante y mandar al cuerno al cuerpo de policía. Por último está Sal, un agente del cuerpo antidrogas, cuya situación familiar es triste. Su mujer, embarazda, sufre un agravamiento de su asma debido a las humedades de su casa. Obsesionado por darles una vida mejor a sus hijos y a su mujer, Sal se irá internando en el oscuro mundo del policía corrupto, que roba el dinero que se le pone a "tiro" en las redadas o que roba a los delincuentes.
Los amos de Brooklyn es una peli más sobre la corrupción en el cuerpo policial que ha hecho Antoine Fuqua. Con ésta, está conformando una especie de "biografía" del cuerpo de policía de E.E.U.U. que en conjunto es bastante destacable, pero que por separado la única que merece una especial mención es "Training Day", de momento. En éste último film, a Fuqua se le alarga un poco el metraje y el ritmo del relato es demasiado lento. Hay momentos brillantes y otros muy aburridos. Pasa lo mismo con los personajes: Richard Gere no arranca como actor de calibre ni aunque se lo pongan en bandeja y repite tics y gestos; mientras que Ethan Hawke vuelve a demostrar que es un excelente actor y su historia acaba siendo la más interesante del film.
Destaca la crítica que se hace al cuerpo de policía, sin tapujos y mostrando a unos agentes que no son para nada un ejemplo de rigor y legalidad. Todos tienen un pasado o presente algo oscuro y confuso, plagado de errores y que les hace perder la cabeza. El único que parece tener claro que ser policía es lo más duro y corrupto que puede haber (no como piensan los jóvenes que entran a formar parte del cuerpo) es Dugan, que se da cuenta, perfectamente, de que lo que ha hecho en su vida no ha sido siempre lo más correcto; aunque buscará la redención final en un acto fuera de servicio.Los amos de Brooklyn no es un film importante, pero si es interesante. Forma, junto con otras películas responsabilidad del director, un grupo de films que reflejan perfectamente el mundo oculto a los ojos del ciudadano, que se mueve alrededor de los policías. No está mal la película de Antoine Fuqua, pero con un poco más de agilidad en el guión habría sido mejor. (5´75/10)
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