A lo largo de su carrera como estrella del cine mudo, Buster Keaton sufrió todo tipo de accidentes debido a su insistencia de rodar él mismo todas las escenas peligrosas de sus comedias. Por ejemplo, rodando el cortometraje The Electric House (1921), la suela de uno de sus zapatos se enganchó en las correas de unas escaleras mecánicas en marcha, lanzándole por los aires desde una altura de casi cuatro metros; Keaton se rompió la pierna derecha y estuvo cuatro meses sin trabajar. Más adelante, filmando El moderno Sherlock Holmes (1924)..., se rompió el cuello, "pero ni siquiera me enteré hasta mucho después- recordaba- . Un día mi médico me estaba haciendo un chequeo, me preguntó cuándo había sufrido la fractura que, naturalmente, para entonces, ya se había curado completamente". El accidente tuvo lugar rodando un gag en el que Keaton es golpeado por el chorro de agua de un depósito al lado de la vía del tren: el chorro salió despedido con demasiada fuerza, cayó de espaldas a la vía y su cuello se golpeó contra un raíl.
Otro grave percance tuvo lugar durente la filmación de El Navegante (1924), rodando una escena en la que Keaton se ponía una escafandra de buzo: "El gag consistía en que yo estuviera fumando mientras la chica intentaba ponerme el casco. Me dejaba el cigarrillo en la boca mientras la ayudaba a cogerlo y ponérmelo. Accidentalmente, ella le dió media vuelta, cerrándolo. El humo del cigarro hizo que me entrara un ataque de tos. Afortunadamente, Ernie Orsatti, el jugador de béisbol de los Cardinals de St. Louis, que estaba trabajando con nuestro equipo, se dió cuenta del apuro en que me encontraba y abrió el casco justo a tiempo".
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