jueves, 4 de agosto de 2011

Méliès, el mago del cine.

Si Marie-Georges-Jean Méliès inventó el cine, ¿qué papel desempeñaron Thomas Edison y los hermanos Lumière? En realidad, el cine que estos inventaron era una simple curiosidad tecnológica. Georges Méliès secuestró el tren y lo lanzó hacia lo que ahora conocemos como cine: películas de ficción concebidas como espectáculo y entretenimiento.
En 1896, los Lumière invitaron a Méliès a la presentación de su invento. Así pues, él formó parte del reducido público que asistió a la primera sesión de "cine". Lo que vió le cautivó, pero los Lumière no quisieron venderle su artefacto así que se fabricó uno propio. Al poco tiempo de inventarse la cámara, se dió cuenta de que aquella máquina podía mentir y que en el corazón de la tecnología del cine había un truco de magia. Hizo falta un mago (Méliès lo era en realidad) para comprender que las películas son magia.

Dice la leyenda que un día, filmando el tráfico, el celuloide se atascó en la cámara. Cuando empezó a rodar de nuevo, el tráfico había cambiado. Al proyectar la película, se veía un coche funebre cruzando la pantalla... y de pronto se convertía en un tranvía. Méliès creó en la pantalla efectos especiales que nunca habría podido hacer en un escenario. Con el paso del tiempo sus efectos se hicieron legendarios. Su obra más famosa es "Viaje a la Luna" (1902). Sin embargo, su empresa se fué a la bancarrota y Méliès quedó arruinado. Aún así, es considerado por la gran mayoría cómo el creador del cine, un genio en los efectos visuales y un cineasta capaz de dotar a sus películas de la magia que requiere el gran cine.

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