lunes, 29 de agosto de 2011

Salir de las sombras; El Tercer Hombre (Carol Reed, 1949)

La película de Carol Reed esta plagada de escenas maravillosas: el encuentro en la noria, el inicio y final del film en el paseo, la acusación del niño, la persecución por las cloacas y muchas más. Es un film que ha pasado a la historia por su banda sonora y por su puesta en escena, efectiva y llena de tensión y misterio, a la par que ágil. Muchos consideran que el diálogo entre Harry Lime (Orson Welles) y Martins (Joseph Cotten) a bordo de la noria del Prater de Viena es la mejor secuencia y he de darles la razón, es de las mejores, analizando la técnica y el diálogo, buenísimo. Pero para mi hay otra mucho más significativa y entrañable, aquella en que Holly Martins, borracho y harto de la historia que le rodea, descubre, inesperadamente, en un portal a su viejo amigo. Me encanta como esta resuelta la escena, con una ventana que se ilumina desde el interior de un piso y descubre todo el misterio. El director aprovecha este momento de forma magistral para sacar de entre las sombras del relato a Orson Welles, desaparecido en todo el film. La cara de Cotten, como si hubiese visto un fantasma y la facha de sinvergüenza que un magnífico Orson Welles representa en ese momento, son memorables. Y la melancolía de la musiquilla en esta escena es imposible de olvidar. Para mi es una de las escenas mas relevantes del cine clásico; el momento que refleja y la película me han marcado para siempre. Genial.

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