lunes, 29 de agosto de 2011

Alarma en el Expreso (Alfred Hitchcock, 1938)/ ciclo espionaje

Otra vez vuelve a ser Hitchcock el que aporta un film interesantísimo al género de espionaje. Y lo hace introduciendo un elemento que más adelante cobraría especial importancia en los films de este terreno: el tren. La acción se desarrolla dentro de un ferrocarril, donde desaparece una anciana institutriz, la Sra. Froy. La chica que le acompaña en el vagón intenta denunciar la desaparición, pero, misteriosamente, todos los pasajeros niegan la existencia de dicha señora. Desesperada tendrá que recurrir a la ayuda de un joven experto en música folklórica para resolver lo que ella cree que es un secuestro.

Es un film de espías que vuelve a centrarse en la situación excepcional en la que se ven envueltos los personajes principales del relato, sin ser espías o tener ninguna autoridad. Además, a las puertas de la inminente guerra, era una especia de denuncia o advertencia sobre la situación en Alemania, por eso no es de extrañar el parecido de la imaginaria Brindica con el país germano o de los villanos, que parecen soldados alemanes.

Hitchcock vuelve a conseguir una película de un ritmo trepidante y una acción repleta de tensión. Uno de sus méritos fue lograr que en un espacio tan limitado, como son los vagones de un tren, lograse reunir una amalgama de situaciones y personajes que hacían olvidar que estuviéramos en un tren, bien podría haberse tratado de un pequeño pueblo. Las imágenes del tren en movimiento visto desde el exterior son excepcionales y le aportan dinamismo al relato. La acción avanza sin interrupciones, desenmascarando los misterios y a los culpables hasta llegar a la excelente secuencia final. Dicha escena bien podría parecer sacada de un western o de un film bélico, con los pasajeros del tren atrincherados y haciendo frente a los malvados de la función. El guión es memorable, hábil y rítmico, con unos diálogos mordaces, cargados de humor y que reflejan perfectamente las personalidades y matices de los personajes que van a ser esenciales en el relato, sin perder la naturalidad.

Este film tuvo una enorme influencia en las películas de suspense, pues se empezaron a ambientar muchas en sitios en movimiento tan oprimentes como el tren de Alarma en el expreso, como ejemplos: Tren nocturno a Munich (1940) o Estambul (1943), dos films de este género que recomiendo ver.
Es una película de suspense y espías muy buena, que, vuelvo a decir, recomiendo descubrir para ir abriendo boca, de manera entretenida, con el cine clásico. También la recomiendo para iniciar a los pequeños en la aventura del cine, para que no piensen que las pelis "sin color" son un tostón. Un film obligatorio para entender a Hitchcock y al género que nos ocupa en este ciclo.

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