jueves, 4 de agosto de 2011

Algunos de los más famosos efectos de sonido de la historia del cine se han logrado de las maneras más extravagantes posibles. Por ejemplo: el terrorífico grito de la niña de "El Exorcista" era, en realidad, una deformación acústica de un puñado de cerdos camino del matadero. El ruido de los motores de los cazas de "La Guerra de las Galaxias" se logró a partir de la grabación de un coche patinando sobre el asfalto. Y el rugido de algunos de los dinosaurios de "Jurassic Park" eran realmente una modificación de los chillidos de un delfín.

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