jueves, 27 de octubre de 2011

Para filmar la secuencia de la nieve de El Cuarto Mandamiento (1942), Orson Welles metió a actores y equipo técnico en una antigua  fábrica de hielo de Los Ángeles. Como explica la biógrafa de Welles, todo el edificio apestaba a pescado muerto y fue necesario apartar montañas de peces para dejar espacio para la filmación. Las sesiones de trabajo en la fábrica eran de doce horas diarias, y Welles se equipó con un traje de esquimal y una gorra de punto con una borla en lo alto; por otro lado, el realizador y el director de fotografía, Stanley Cortez, combatían las bajas temperaturas con una botella de brandy. Hacía tanto frío que los focos de 10.000 vatios se fundían con frecuencia, lo cual obligaba a repetir tomas que se habían estropeado al salir en ellas el fogonazo de las luces al estallar. Aunque los actores llevaban gruesa ropa de abrigo debajo de los trajes de época, también sufrieron lo suyo porque Welles quería que saliera vaho de sus bocas... pero cada vez que exhalaban aire se les metía el horrible olor a pescado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario