T.O.: Das ende ist mein anfang. 2010.Collina Film. Director: Jo Baier. Guión: Folco Terzani, Ulrich Limmer. Reparto: El padre (Bruno Ganz), Folco (Elio Germano).
Un padre, que está a punto de morir debido a un cáncer, convoca a su hijo a que se reúna con el en la casa donde esta retirado, en el monte, para que escriba sus memorias. Durante las entrevistas ambos se iran conociendo mejor y Folco descubrirá cosas que no sabía de su padre, a parte de aprender ua valiosísima lección sobre la vida.
En este film no importa tanto la historia, que no llega a ser tan profunda como un relato de estas características debiera; lo que importa es la actuación de Bruno Ganz y su personaje. Un actor muy bueno que se echa a las espaldas el peso de toda la película.
Da vida a un personaje algo ambiguo, que ha sufrido durante toda su vida cambios de ideología y que ha visto el cambio que sufrió el mundo a finales del siglo XX, sobre todo de Asia, continente al que admira. Y digo que es un film ambiguo porque sus intenciones lo son; hay momentos del film en que, de forma clara, se defienden una serie de ideologías algo cuestionables, como el comunismo. La crítica que luego se pretende hacer sobre las mismas queda en plano secundario pues no es tan intensa como la defensa que se ha hecho anteriormente. Es una película que intenta, a través de las experiencias del protagonista, contarnos un cambio mundial, pero lo que le acaba interesando al espectador es la relación que tiene con su familia y el legado que le esta entregando a su hijo.
Las escenas son entrañables, al igual que la banda sonora. Bruno Ganz esta excelente, pocos hay preparados para un papel tan intenso. Es un film simpático (pero, aviso, es un drama) que se deja disfrutar tranquilamente y que plantea algunas reflexiones interesantes sobre la vida. (5/10)
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