El gran cineasta norteamericano Raoul Walsh recordaba que cuando la productora Warner le ofreció dirigir El último refugio (1941), una de sus mejores películas, el primer candidato para encarnar al protagonista era George Raft, un actor muy famoso en aquella época gracias, en gran medida, a sus papeles de mafioso pero que rechazó  hacer El último refugio por la sencilla razón  de que al final su personaje moría. "Hablé con George durante dos horas"- explicaba Walsh-, "intentando convencerle de que se dejaba escapar un buen film, pero se mantuvo en sus trece respecto a lo que había dicho a la Warner" "No estoy dispuesto a morir" "Pero tienes que morir- repliqué- Eres un mal tipo que ha matado a dos personas. Los censores te lo perdonarán si te matamos" "Dile a Jack Warner que lo arregle", insistió George. Al final, Warner y Walsh decidieron renunciar a Raft y darle una oportunidad, confiándole el papel protagonista, a un actor de carácter que hasta ese momento había desempeñado roles secundarios y que, gracias a esta película, se convertiría en una de las más famosas estrellas del Hollywood clásico: Humphrey Bogart.