El matrimonio formado por Amy y David Summer, regresa al pueblo de ella para pasar un tiempo y que él pueda terminar de escribir una obra en la que está inmerso. En un principio todo parece ir bien, pero a ciertos lugareños no les gusta la presencia de dos personas que se piensan mejor que los demás y que no siguen las costumbres locales. Ésto unido a un oscuro pasado de Amy hará que se sucedan una serie de acontecimientos que harán la vida imposible de los Summer en su nueva casa.
El film es un remake, paso a paso, del que ya realizó Sam Peckinpah en 1971. Las diferencias se encuentran en la localización de la acción y en la temática que tratan ambas películas. Mientras que la del 71 era un reflejo de la violencia del ser humano, ésta parece tratar temas como las diferencias culturales y económicas dentro de Estados Unidos, y pasa muy por encima sobre el animal violento que todos llevamos dentro y que acaba saliendo a la luz en situaciones extremas (como le pasa a David Summer). Los dos actores protagonistas dejan mucho que desear. Marsden da un retrato muy remilgado sobre las personas de Hollywood y no nos permite ver una evolución, del personaje que representa, hacia la locura final. Pretende que nos creamos que David hace lo que hace al final porque le sale así.
En cuanto a Kate Bosworth es simplemente pésima, de tal manera que no sabemos cuáles son sus intenciones en todo el film. Su personaje es muy ambiguo, pero es que Bosworth pone unas caritas y caretos que no podemos saber en ningún momento que es lo que está sintiendo hacia lo que pasa. Está totalmente perdida con un papel dramático y se le ve el plumero a la chica en todo momento. Como ejemplo citar el momento de la violación por parte de Charlie, en el cuál no sabemos (ni al terminar la película) si lo que siente es placer o desesperación, creanme, es algo que no queda claro. Además, el personaje que encarna es el más antipático de toda la película y el más oscuro. La amenaza real para su marido es ella, pero Bosworth no consigue hacerlo llegar al espectador.
La película no consigue la dureza de su antecesora y se queda en la superficie de lo que quiere abordar. Tiene un aire demasiado comercial y pretende ser una especie de mezcla entre terror y acción que no funciona. Tal vez algo más de pausa a la hora de contar la historia y un trabajo más hondo y calmado sobre los personajes y las secuencias habrían dado como resultado un interesante análisis sobre la violencia presente en el ser humano o simplemente un entretenido relato sobre personas llevadas al límite. En fin, que podrían haberse esmerado más, porque el resultado es algo menor. (3´5/10)
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